Un tipo llega a las puertas del cielo, donde lo recibe San Pedro quien, tras consultar un registro que tiene delante, le dice:
- Veamos, no has hecho nada especialmente malo en la vida, pero la verdad es que tampoco has hecho nada especialmente bueno. Me temo que una cosa viene a compensar la otra. No se puede decir que hayas hecho nada extraordinario, o sea que no te puedo dejar pasar.
El sujeto, sorprendido, increpa:
- Pero, ¿Y lo de los pandilleros?
-Explícate.
El hombre, con mucho nerviosismo, le relata:
- Iba conduciendo por la carretera, de noche, cuando vi a un grupo de pandilleros dando una paliza a un pobre tipo. Salí del coche, me acerqué al jefe del grupo y lo golpeé varias veces en la cara...
- ¡Caramba!.- Exclama San Pedro.
- ...y entonces les dije a todos que soltaran al tipo o se las iban a tener que ver conmigo, y entonces lo soltaron.- Termina su relato con sudor en la frente.
- Vaya, es estupendo, ¿Y cuándo ocurrió eso?-
- ¡Pues, apenas hace unos minutos!
viernes, 20 de julio de 2007
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